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Cada 13 de abril, aniversario de su muerte, se celebra la festividad de San Hermenegildo, mártir y “patrono de los conversos”. Con este motivo y dentro del plan pastoral del cabildo de la Catedral, la capilla con su nombre permanecerá abierta y especialmente decorada durante toda la semana.
En la hornacina central del retablo vemos la imagen de San Hermenegildo, esta obra fue tallada en el siglo XVIII por Bartolomé García de Santiago, padre del autor del retablo.
SOBRE SAN HERMENEGILDO
Hijo del rey visigodo Leovigildo, asociado por el padre al trono vino a Sevilla donde abrazó la fe católica por influencia de su esposa y del arzobispo san Leandro. Abandonó el arrianismo y con ello se granjeó las iras de su padre que lo privó de la dignidad real y lo metió en la cárcel. Estando en ella se negó firmemente a volver al arrianismo y a recibir la comunión pascual de manos de un obispo arriano, por lo cual, de orden del rey fue degollado el día de Pascua del año 585.
El Papa san Gregorio Magno, que narró la muerte de san Hermenegildo en sus Diálogos, ya lo consideró mártir. Su conducta debió ser muy influyente para que el reino se hiciera católico El Pontífice estuvo informado probablemente por su amigo san Leandro, testigo de su tragedia y su gloria, representado también por Murillo en la Sala Capitular de la Catedral. Desde entonces se le dedicaron templos en diversas localidades.
En 1585, con ocasión del milenario de su martirio, fue canonizado por Sixto V gracias al impulso de Felipe II. Su muerte heroica en defensa de la fe suponía el más idóneo ejemplo. Durante el Barroco, su iconografía se difundió de forma espectacular por el antiguo reino hispalense, pues «con su Sangre baptizò à Sevilla«, como escribió entonces Torre Farfán.
