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Hoy miércoles, 17 de julio, en la Catedral de Sevilla celebramos la festividad de las Santas Justa y Rufina. Con este motivo se celebra oficio de lectura, laudes y misa conmemorativa en la capilla Real a las 09:30 horas. Además, durante toda la semana, la capilla de Santa Justa y Rufina en la Catedral permanecerá abierta y con decoración floral.
“Justa et Rufina sorores hispalenses facultatibus pauperes ser virtulibus locuplentes” (“Justa y Rufina hermanas sevillanas de dineros pobres pero de virtudes riquísimas”), así comienza el texto declarado por la iglesia como rezo oficial para el día de ambas santas, escrito por el celebérrimo escritor y arzobispo de Sevilla, San Isidoro.
En abril de 2024, el Cabildo de la Catedral de Sevilla editó un cómic sobre las Santas para profundizar en la figura de las dos mártires bajo la coordinación general y la revisión de Manuel Soria Campos, capellán Mayor de San Fernando del Cabildo Metropolitano, que fue Párroco de Santa Justa y Rufina en Triana desde septiembre de 2011 a 2023.
Este material puede descargarse de manera gratuita en la página web y adquirirse en la tienda de recuerdos del patio de los Naranjos.
Justa y Rufina, dos jóvenes hermanas nacidas en Sevilla, entre 268 y 270, de familia muy modesta con firmes convicciones cristianas, vendedoras de cerámica de la puerta de Triana, fueron arrestadas y torturadas por el prefecto romano Diogeniano en el año 287 por negarse a realizar el donativo a la diosa Salambona que les exigió el cortejo que paseaba su imagen. La negativa motivó el destrozo de sus vasijas de cerámicas y que, en consecuencia, ellas rompieran la imagen pagana, siendo acusadas de sacrilegio, torturadas y encarceladas hasta su muerte por no renunciar a su Fe. La palma del martirio y los modestos objetos de barro que aparecen a sus pies, que simbolizan la fragilidad humana por su modestia, son dos de los atributos de las santas a los que en la iconografía sevillana se añade la Giralda, elemento que centra esta composición y cuya maqueta ambas sostienen entre ellas.
Con una historia martirial que se entrelaza con la leyenda, la presencia devocional de estas santas ha sido una constante en la religiosidad popular de los sevillanos que en momentos de dificultades recurrieron al patrocinio de las alfareras. Este maridaje entre las santas y la ciudad tiene una elocuente justificación plástica en la más famosa iconografía de las hermanas abrazando la Giralda.
Muchos artistas españoles han representado a las patronas sevillanas y son muchas las representaciones artísticas que tenemos en la Catedral de Sevilla de Santa Justa y Rufina, cuya devoción se mantiene viva, en parte gracias al arte, después de más de mil ochocientos años.
En la Catedral hay una capilla dedicada a las santas y en ella figuran estas dos esculturas, realizadas por Pedro Duque Cornejo en 1728, que participan en la procesión del Corpus Christi.
Pero no son las únicas representaciones que podemos encontrar. Acompañando al Señor Sacramentado, la imponente custodia que labrara Juan de Arfe contiene dos representaciones en plata. En el segundo cuerpo se representan las dos santas, junto con otras cinco parejas, mirando hacia el interior, donde se guarda el viril.
Justa y Rufina llegaron a embellecer la parte exterior de la Giralda, en su cara norte. Eran unas pinturas murales obra del pintor sevillano Luis de Vargas, pero desgraciadamente no han llegado hasta nuestros días. La única forma de hacerse una idea de cómo eran esos frescos es contemplando el lienzo de Miguel de Esquivel, fechado en 1620. Esta obra servirá de partida para toda la iconografía posterior, con Bartolomé Esteban Murillo como mayor exponente.
Si accedemos a la sala capitular y elevamos la mirada contemplamos entre los ocho santos sevillanos a las dos hermosísimas imágenes de las santas, que salieron de los pinceles de Murillo entre los años 1667 y 1668. Visten al gusto romano reproduciendo en ellas su ideal de belleza femenina, y muestran la amabilidad de su expresivo y delicado semblante.
La siguiente obra es de Francisco de Goya y se encuentra concretamente presidiendo el altar mayor de la Sacristía de los Cálices . El cabildo catedralicio sevillano le encargó este cuadro en 1817 por mediación de Agustín Ceán Bermúdez, que era un erudito y escritor de arte y amigo personal de Goya.
En las puertas de la Sacristía Mayor podemos encontrar este relieve de Diego Guillén Ferrant de 1547-1549.
Otras de las obras que queremos destacar son las esculturas de mármol de Diego Pesquera que se encuentran en las hornacinas del prebisterio de la Capilla Real.
La historia del arte es un vasto campo y la Seo Hispalense conserva numerosas obras de las dos mártires, tanto de pinturas, como vidrieras, relieves y esculturas por lo que es difícil seleccionarlas todas, solo unos pocos ejemplos para deleitarnos en la belleza de algunas.
Desde la Catedral hasta el último rincón de la ciudad, decenas de artistas han dejado plasmada esta devoción. Diego de Pesquera, Lorenzo Mercadante, Francisco Pacheco, Zurbarán o Juan de Espinal, hasta volver a la Parroquia del Sagrario, donde tuvieron hermandad y donde aún hoy en día la Sacramental catedralicia celebra la función en su honor. No olvidemos tampoco las imágenes que se custodian en el retablo de la iglesia colegial del Salvador o la parroquia que lleva sus nombres.
Esa belleza exterior de las santas alfareras representadas por grandes artistas nos hace ver, sin duda, la belleza interior de la santidad canonizada.
